
Portugal y Francia disputan este domingo la final de la
decimoquinta edición de la Eurocopa, con Cristiano Ronaldo y Antoine
Griezmann como grandes reclamos y el premio de un título que abre la
puerta a un cambio de ciclo en el fútbol europeo.
La
final llega a ambos en el mejor momento, porque los dos alcanzan el
último partido respaldados por dos convincentes semifinales.
Portugal recuperó a Cristiano Ronaldo en el mejor momento. A falta de
juego y goles, del delantero madridista se destacaba su condición de
líder del grupo, la personalidad que había imprimido al brazalete que
porta, pero contra Gales regresó el Ronaldo decisivo, con un magnífico
gol de cabeza y una asistencia a Nani en el segundo gol. La mejor
noticia, porque vuelve a intimidar.
Y el capitán luso
sabe que está ante su gran ocasión, la oportunidad de completar su
palmarés con un título con su selección, que acarree además el Balón de
Oro, meses después de que Leo Messi se haya despedido de la Albiceleste
sin lograr la Copa América.
Fernando Santos recupera
en el centro del campo a Williams Carvalho, ausente de la semifinal por
lesión, y, casi seguro, a Pepe, que regresó a los entrenamientos con el
resto este sábado, tras no poder participar contra Gales por lesión.
Ésa es la gran noticia para el técnico portugués, porque el madridista
se ha convertido en un jugador indispensable, tanto por el carácter que
aporta al equipo como por su estado de forma. Fue el mejor de su equipo
en el partido de cuartos frente a Polonia.
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