
"No tengo miedo para nada, salgo en la
noche y sé que hay un riesgo, pero estoy feliz de estar aquí de nuevo.
Si me enfermo, pues mala suerte", dijo Nadal en una rueda de prensa.
"Yo veo la gente que vive con total normalidad y si las cosas pasan con
tal normalidad, la cosa tan grave no debe ser: veo la gente en la
playa, paseando, en los restaurantes", añadió.
"Nos han dicho que han tomado muchas medidas para el torneo para que no
hayan mosquitos, en ese aspecto estamos más tranquilos, que llevemos
pantalones largos sobre todo en la noche y por la mañana (...) pero
tampoco me obsesiono", subrayó por su parte Ferrer.
El Rio Open, que reparte 500 puntos, se celebra desde este lunes hasta
el domingo en medio de un brote de zika que puede haber infectado a un
millón y medio de personas y que científicos relacionan con un aumento
inusitado de casos de microcefalia.
"Todo el día se está hablando de lo mismo. Se hace de una noticia una
historia que termina siendo mas grande de lo que es. La realidad es que
estamos en Rio de Janeiro, hay un evento mundial de tenis y no veo que
se haya suspendido el evento ni nada de esto, veo que las cosas
transcurren con normalidad", estimó Nadal.
El gobierno desplegó a unos 220.000 militares en una cruzada puerta a
puerta para visitar tres millones de hogares y aconsejar a la población
en la lucha contra el mosquito.
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