viernes, 22 de abril de 2016

Necesidad y poder de los valores- parte 1

Necesidad y poder de los valores


Jorge Yarce- Enfoque a la familia.

“La verdadera crisis -dejó dicho Albert Einstein- es la de la incompetencia. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina. Sin crisis no hay méritos. El problema de las personas y los países es la pereza para encontrar salidas y soluciones… La única crisis amenazadora es la tragedia de no querer luchar por superarla”.
“Esa pirámide perniciosa e inmoral -se refiere a la debacle del sistema financiero capitalista- ha colapsado -dice Gorbachov-. Es necesario pensar en un modelo nuevo que pueda remplazar al actual. El cambio tiene que ser evolutivo. Y no puede basarse totalmente en el lucro y el consumismo”.

La crisis de la sociedad es una crisis de valores
Hay en la sociedad tres cánceres: individualismo, consumismo y relativismo. Vemos algunos de sus síntomas y de su etiología.
1) El peligro de vivir inmersos en una cultura light, donde se pierden de vista los problemas profundos primacía del yo, de sus intereses y deberes individuales por encima de sus lazos sociales y comunitarios. “Los vínculos sociales definen nuestra identidad personal y dan sentido a nuestra vida”. (Layard).
2) Una cultura donde, a partir de un consumismo desaforado, se mezcla la violencia del placer con el placer de la violencia. Todo gira en torno al dinero y al éxito económico. En síntesis es el imperio de la triple P: plata, poder y placer.
3) Una cultura relativista donde todo da lo mismo, todo vale igual, no hay verdades objetivas. Lo que importa es “mi verdad”, “tú verdad”, “su verdad”; es decir que cada uno haga lo que quiera y que nadie se meta con nadie. Nadie puede violar mis derechos, pero nadie puede obligarme a cumplir mis deberes.
4) Sólo la búsqueda de la verdad supera el relativismo; es afirmar que hay algo que nos trasciende a todos. Pero afirmar la verdad desata muchas veces la intolerancia de los tolerantes, para quienes los demás tenemos que plegarnos a sus verdades del tipo que sean, pero no podemos defender la verdad porque eso sería sinónimo de fundamentalismo.
5) Se tiende un manto de silencio sobre lo esencial, sobre los verdaderos fundamentos de la convivencia. Todo son verdades funcionales, adaptables a los intereses de cada uno. Todo se centra en proteger los derechos individuales más que en comprometerse con cumplir los deberes o que en anteponer el bien común al bien individual.
La respuesta a la triple P es la triple S: el ser persona como eje fundamental de todo lo social, el servir como objetivo primordial de la función social y política y la solidaridad como urgente llamado para conseguir la equidad social en los países y combatir eficazmente la violencia, la corrupción y la pobreza.
“El peor momento es el mejor momento”. (Dickens). Los momentos críticos son los momentos especiales para fortalecer los valores con base en la ejemplaridad de los líderes que son capaces de ponerse en pie y sacar fuerzas de lo hondo del alma para desencadenar su potencial, una acción decidida y firme para dar un giro copernicano a la situación: buscan seguidores, comparten su sueño y convencen con su ejemplo y su entrega.
Ante la suplantación de la verdadera identidad de un país, la sociedad reacciona a través , de personalidades creadoras. Para poner en marcha la cultura de una nación, no se apoya sólo en lo legal, sino en la ética y los valores.

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