sábado, 19 de diciembre de 2009

HACE 20 AÑOS...

Como olvidar un suceso de tal naturaleza, algo nunca visto en nuestro país. Estaba todavía culminado estudios secundarios y en ese tiempo era vecino precisamente del blanco principal del ejército norteamericano (el Cuartel Central de Las Fuerzas de Defensa de Panamá - donde estaba el General Noriega y el estado mayor). Sí ! mi madre, mis hermanos y yo vivíamos en ese momento en un apartamento del complejo de edificios conocidos en el Chorrillo como las "Multis". Allí estábamos!... en primera fila, siendo protagonistas inconsultos de una inadmisible invasión por un gobierno extranjero pero que simplemente era una reacción inminente a los abusos de una dictadura opresora de su propio pueblo. Mi intención no es revivir ese trágico y vergonzoso acontecimiento (aunque uno tiene mucho que decir cuando vive estas cosas) más bien es ver hacia futuro mientras analizamos un poco si a 20 años de lo sucedido aprendimos la lección o podríamos ni Dios quiera! repetir la lección o por lo menos tener alguna situación social o económica que obstaculice y ponga en peligro nuestra vida democrática.
He escuchado un pensamiento que cita más o menos que aquellos que olvidan la historia están propensos a repetirla, en lo personal y creo que ustedes tampoco (panameños y extranjeros) nunca quisieran volver a ver en nuestros pueblos y países sucesos de este tipo. La única manera de superar estas situaciones es aprendiendo de nuestros errores, reconociendo nuestras culpas, perdonando, procurando justicia, mirando hacia adelante no solo por lo nuestro sino por lo de los demás y principalmente ¡buscando el conocimiento! ese que Dios nos da y el que encontramos cuando nos educamos y nos educan debidamente con todos los argumentos, no con parte de ellos. La Biblia nos dice que: el pueblo perece por falta de conocimiento. Aunque se refiere básicamente a esa sabiduría que se puede encontrar para todos los aspectos de nuestra vida cuando la leemos también permea para todas aquellas ciencias que son necesarias para el correcto desenvolvimiento de la vida en sociedad.
Un importante pensador dijo una vez: "Donde hay educación no hay distinción de clases".

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