El presidente Barack Obama se sumará la semana próxima
por primera vez en lo que va del año a los actos de campaña de Hillary
Clinton, y su decisión de reunirse en Charlotte revela mucho de cómo el
equipo de campaña ve el camino que ella debe tomar para relevarlo en la
Casa Blanca.
Los demócratas ven a North Carolina como
un lugar privilegiado para expandirse en territorio republicano ante
Donald Trump, usando como base un estado que fue uno de los mayores
triunfos de Obama en 2008 y donde tuvo una derrota estrecha hace cuatro
años.
El electorado estatal se ha vuelto más
diversificado desde la primera campaña presidencial de Obama. Las
mujeres desempeñan un papel cada vez más influyente en la política del
estado, con lo que Clinton tendrá la oportunidad de sacarle provecho a
su potencial de ser la primera mujer que gane la Casa Blanca.
Otros factores que se cree que jugarán en el estado a favor de Clinton
son las controvertidas decisiones de la legislatura estatal, controlada
por los republicanos, de excluir la orientación sexual y la identidad de
género de las protecciones estatales contra la discriminación y de
obligar a las personas transgénero de usar los baños correspondientes al
sexo especificado en su acta de nacimiento en edificios públicos.

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