La apertura de la ampliación del Canal de Panamá es
preparada "al milímetro" para evitar cualquier "sorpresa" el día de la
ceremonia oficial, el próximo 26 de junio, que ni la alerta por la gripe
que ha costado 24 vidas este año, ni la poca asistencia de gobernantes
invitados deslucirá.
El "ajuste final de tuercas",
como lo calificó hoy en una entrevista el administrador de la Autoridad
del Canal de Panamá (ACP), Jorge Quijano, es un "trabajo de equipo" para
lograr el éxito de la operación de la nueva vía, cuya duración está
garantizada para los próximos 100 años y demandó una inversión inicial
de 5.250 millones de dólares.
El ministro de Asuntos
del Canal, Roberto Roy, puso "en corredera" a todo el personal este fin
de semana porque dispuso que mañana, lunes, antes del mediodía, la
barcaza-draga Oceanus, propiedad de la entidad, realice un tránsito por
la esclusa de Cocolí, en el sector Pacífico, que hasta ahora no ha sido
probada.
"El propósito es que se pruebe cómo
funcionan las compuertas, las válvulas, la operación de los
remolcadores, todos los sistemas", para evitar "cualquier sorpresa" al
momento que pase el Cosco Shipping Panama, el barco chino que hará el
primer tránsito oficial completo por la nueva esclusa, indicó a Efe una
portavoz de la ACP.
Roy también le anunció al
personal que se hará otro tránsito, probablemente el miércoles, de un
barco panamax en tránsito normal, al que se le desviará para pasar por
Cocolí, también para el "ajuste de tuercas final".
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