Las fuerzas sindicales de Argentina se reunifican
este viernes para realizar la primera gran demostración opositora en
rechazo a los ajustes y despidos durante los primeros cuatro meses del
gobierno del presidente Mauricio Macri.
La
movilización cierra una semana en la que Macri sufrió su primera derrota
parlamentaria, luego que el senado aprobara una ley antidespidos que el
presidente promete vetar si termina por ser votada en la Cámara de
Diputados al considerar que "destruye el trabajo".
Las tres alas de la mayoritaria Confederación General del Trabajo (CGT) y
las dos vertientes de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA)
dejaron atrás las diferencias que los dividieron durante la gestión de
Néstor y Cristina Kirchner (2003/2015) para hacer frente a lo que
consideran una embestida contra los trabajadores desde que el 10 de
diciembre asumió el gobierno de la alianza de centroderecha Cambiemos.
"La movilización del viernes es de protesta por falta de respuesta del
gobierno", advirtió Hugo Moyano, uno de los poderosos líderes de la CGT,
alineada con el peronismo, y aseguró que "el movimiento obrero está
unido".
Los sindicatos industriales, comerciales y
estatales, volverán a manifestarse en unidad para conmemorar el 1 de
Mayo, Día del Trabajador, como hace años no ocurría en Argentina, frente
al Monumento al Trabajo, en el barrio de San Telmo de Buenos Aires.
Sin convocar a un paro en esta ocasión, durante la tarde del viernes
algunos sectores impulsarán el cese de tareas para permitir la
concurrencia al acto.
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