LA HABANA (AP) — En un
partido de béisbol cargado con ribetes simbólicos y que contó con la
presencia de los presidentes Barack Obama y Raúl Castro, los Rays de
Tampa Bay derrotaron el martes 4-1 a la selección cubana dentro de la
primera visita de un equipo profesional de Estados Unidos a la isla
comunista desde 1999.
James Loney disparó un jonrón y
produjo tres carreras, mientras que Matt Moore y los lanzadores de
Tampa Bay maniataron a los cubanos hasta que Rudy Reyes conectó un
jonrón en el noveno inning.
Pero el juego no será
recordado por el resultado, sino por los dos mandatarios sentados en la
primera fila del Estadio Latinoamericano.
La
concurrencia rugió cuando Obama y Castro ingresaron al estadio para
luego dirigirse a sus asientos detrás del plato. "¡Raul! ¡Raúl!", coreó
la gente.
Mientras los dos países tratan de atenuar
más de 50 años de enemistad por la Guerra Fría, la imagen de Obama y
Castro sentados juntos fue notable. Obama lució una camisa blanca con
lentes de sol. Castro fue más formal, vestido con un blazer.
Los gobernantes tomaron parte cuando los espectadores hicieron "la ola" al inicio.
Obama hizo la señal de quieto cuando Kevin Kiermaier se deslizó en el
plato para anotar la primera carrera, y luego le estrechó la mano a
Castro.
Un club de las Grandes Ligas no disputaba un partido de Cuba desde la visita de los Orioles de Baltimore, hace 17 años.
Rara vez tanta pompa y circunstancia rodeó un mero partido de
exhibición. Derek Jeter y Dave Winfield, dos jugadores con placas en el
Salón de la Fama del deporte, y el comisionado de las Grandes Ligas, Rob
Manfred, se encontraban entre los presentes. El secretario de Estado
norteamericano John Kerry también estaba en la tribuna de invitado
especiales, al igual que varios de los principales dignatarios del
gobierno cubano.
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