domingo, 14 de febrero de 2016

Los beneficios de ser ordenados: Consejos para lograrlo

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 Guioteca.

¿Eres de aquello que suele acumular cosas innecesarias y/o buscar excusas para no ordenar? Si tu entorno te pide a gritos que hagas algo con el caos que te circunda, este artículo es para ti.

Ya sea que seamos unos obsesivos del orden o unos desordenados empedernidos, todos necesitamos -en algún momento- acomodar algún espacio físico y/o organizarlo de manera distinta.
El acto de ordenar no sólo nos presenta beneficios prácticos (mayor organización, facilidad de acceso a lo que necesitamos, mejor estética, mayor limpieza, etc.); sino, además, muchísimos beneficios psicológicos que a veces desconocemos.
Expertos mencionan que los principales beneficios psicológicos de vivir en un entorno ordenado son:
  • Menores cuotas de ansiedad. Serenidad. Te permite suprimir elementos innecesarios de tu mente.
  • Mayor capacidad de concentración.
  • Mayor aprovechamiento del tiempo. Efectividad.
  • Mayor sensación de control.
  • Mayor positivismo y cualidades positivas asociadas (como por ejemplo, generosidad y felicidad).
  • Mayor capacidad de organización.
Aún así, muchas veces la tarea de ordenar se nos vuelve algo difícil de afrontar; surgiendo una serie de excusas para no hacerlo: “no sé por donde empezar”, “me cuesta desprenderme de las cosas”, “todo puede ser útil en algún momento”, etc.
Aquí te presentamos algunos consejos que te ayudarán a llevar a cabo la tarea de ordenar de manera más fácil.
  1. Aborda el orden desde una mirada positiva. Intenta no abrumarte y recuerda que la meta es positiva y te traerá muchos beneficios.
  2. Si el caos es generalizado y difícil de abordar, empieza ordenando áreas pequeñas. Al terminar una, pasas a la siguiente y así sucesivamente.
  3. Examina cada cosa de acuerdo a la felicidad que te generen. Mantén los artículo que te irradien alegría y no conserves los que no tengan un significado, no te gusten ni te interesen o estén rotos.
  4. ¡Ayúdate! Acompáñate de alguien con quien conversar o de una música de tu agrado para hacer la tarea más amena o realiza una lista que te permita tener claro tus objetivos.
  5. Si te falta tiempo, lleva a cabo pequeñas acciones que no toman mucho tiempo y aportan al orden. Por ejemplo: archivar los documentos que necesitas de fácil acceso, cuelga tu ropa apenas te la quiten y/o déjala directamente en la ropa sucia en vez de el suelo o la cama. Crea rutinas para mantener el orden.
  6. Cambia tu forma de pensar respecto de las cosas que ingresen a tu espacio. Si algo nuevo ingresa, algo viejo debe salir. Así, te aseguras de no ir acumulando cosas innecesarias.

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