
02/02/2016
En la mayor de las sorpresas, el senador
ultraconservador Ted Cruz, hijo de un inmigrante cubano, venció entre
los republicanos con una cómoda ventaja de poco más de tres puntos
porcentuales sobre Trump, quien hasta ahora encabezó todos los sondeos
realizados en los últimos cinco meses.
Para dejar aun más en evidencia la magnitud del tropiezo de Trump, el
millonario quedó a apenas un punto porcentual del tercero, el senador
Marco Rubio, también hijo de inmigrantes cubanos y considerado el
favorito de la conducción del partido.
Si bien los sondeos habían sugerido un crecimiento de la campaña de
Cruz en semanas recientes, el excelente desempeño de Rubio lo convirtió
de hecho en uno de los vencedores de la noche de primarias.
En tanto, entre los demócratas, la superfavorita Clinton tuvo que
esperar hasta la mañana del martes para tener certeza de una victoria
extraordinariamente ajustada sobre el experimentado senador Bernie
Sanders y su campaña en favor de una "revolución política".
Al fin del conteo de las asambleas demócratas (que usan un sistema
interno diferente al de los republicanos, ya que cuentan delegados
conseguidos y no votos), Clinton se quedó con el 49,8% de los apoyos
contra el 49,6% para Sanders, que se traducen en 22 delegados contra 21.
Desde que lanzó su candidatura presidencial, Clinton puso en marcha una
formidable máquina partidaria movida con muchos millones de dólares,
aparentemente insuperable, contra la modesta movilización de Sanders en
busca de pequeños donantes particulares.
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