
EFE
El fantasma del racismo
volvió a sobrevolar Hollywood al hacerse públicas en enero las
nominaciones para la 88 edición de los Óscar, que se celebrará el 28 de
febrero en Los Ángeles, y las protestas y la amenaza de un boicot por
parte de la comunidad negra han marcado las semanas previas a la
ceremonia.
Había actores negros que figuraban en algunas quinielas, como Will Smith
("Concussion"), Idris Elba ("Beasts Of No Nation"), Michael B. Jordan
("Creed") o Samuel L. Jackson ("The Hateful Eight"), pero finalmente
todos los nominados fueron blancos, una situación que reactivó en las
redes sociales la etiqueta de protesta #OscarsSoWhite (Óscar tan
blancos) que ya tuvo eco en 2015.
El director Spike
Lee, que recibió un Óscar honorífico en noviembre, y la actriz Jada
Pinkett Smith fueron de los primeros que comunicaron su intención de no
asistir a la gala y de promover un boicot.
"¿Cómo es
posible que por segundo año seguido todos los actores nominados sean
blancos? Y no hablemos del resto de categorías. ¿40 actores blancos en
dos años y nada de 'sabor'? ¿No podemos hacer nada?", lamentó Lee.
El movimiento fue creciendo. Actores como Will Smith secundaron el
boicot mientras que intérpretes como Mark Ruffalo, Idris Elba, Lupita
Nyong'o, George Clooney, Matt Damon o Reese Witherspoon mostraron su
apoyo y apostaron por una mayor diversidad.
La
Academia de Hollywood actuó con reflejos y anunció una serie de cambios
para aumentar la diversidad con el objetivo de duplicar entre sus
miembros el número de mujeres y personas de diversas razas para el año
2020.
"La Academia va a liderar el cambio y no va a
esperar a que la industria reaccione", indicó la presidenta de la
organización y mujer afroamericana, Cheryl Boone Isaacs.
Irónicamente, la ceremonia de la 88 edición de los premios Óscar la
presentará el humorista y actor negro Chris Rock, por lo que se espera
que la polémica de #OscarsSoWhite forme parte destacada de su monólogo.
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