En Refliclips anterior nos hablaba Donizetti Barrios sobre la importancia de tomar decisiones y quizimos obsequiarles lo que podría ser la segunda parte al tema. En este día levantate con determinación pero sobre todo con enfoque y motivación. Dios les bendiga Mi Gente IN.
Encontrar
los motivos correctos por los cuales hacemos algo en la vida es importante para
mantenernos motivados, pues no faltan las ocasiones en que llenos de desánimo no
quisiéramos seguir con nuestras tareas y preferiríamos tirar todo por la borda y
renunciar a seguir aplicando nuestra dedicación y esfuerzo a una labor
específica.
Cuando
en la mañana se hace tan duro quitarnos las cobijas de encima, salir de la cama,
caminar sonámbulos hacia el baño y negarle a nuestro cuerpo un poco más de
sueño, es cuando tenemos que estar convencidos de que vamos a trabajar porque de
esa manera nos sacamos adelante a nosotros mismos, sacamos adelante a nuestra
familia, sacamos adelante una empresa, servimos a la comunidad y llevamos
desarrollo al país.
Cuando
ir al cine, ver televisión o salir a jugar con los amigos luce más interesante
que sentarse a leer libros, es cuando tenemos que estar convencidos de que
estudiamos porque es la forma correcta de ahuyentar la ignorancia, de
certificarnos en lo académico y de estar mejor preparados para ser más
eficientes, productivos y ganar mucho más.
Cuando
da pereza hacer ejercicio físico y se nos antoja que es mejor quedarnos en casa
comiendo pasteles, chocolates y otras delicias ricas en calorías, es cuando
tenemos que estar convencidos de que el éxito deportivo, la salud y la belleza
demandan una cuota de sacrificio, pues así se obtienen las medallas deportivas,
el sentirse bien y el lucir bien.
No
basta con hacer lo correcto, es importante también hacerlo de la manera correcta
y, sobre todo, por la motivación correcta; pues cuando sabemos el por qué
hacemos lo que hacemos nos auto motivamos y podemos vencer los instantes de
desánimo que con alguna frecuencia nos asaltan.
El
problema se hace complicado cuando no sabemos el por qué hacemos las cosas, o
cuando descubrimos que las hacemos sin motivaciones fuertes.
Es
urgente entonces replantear nuestras agendas y decidir si algo vale la pena o
no, pues tiempo, dinero y esfuerzo, no se pueden malgastar.
Pregúntate
ahora: ¿por qué orar a Papá Dios? ¿Para qué obedecerle? ¿Para qué asistir a la
congregación a adorarle en comunidad?
Espero
que tu primera motivación sea: “porque lo amas y sin Él no puedes
vivir”.
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