A lo largo del continente americano y en otras latitudes por estos días se conmemora la Semana Santa en alusión a la pasión, muerte y resurrección de la máxima figura (extraordinariamente vigente) del cristianismo: Jesucristo. Ya son poco más de 2 milenios que por espacio de 33 años aproximadamente camino nuestro mundo y como todo héroe tenía una misión: Servir de vínculo perfecto entre la humanidad y el Dios Padre (Juan 14:6) y Restaurar la buena y directa comunicación de la creación con su Creador, misma que había sido deteriorada por el permanente pecado del hombre.
Tomando en cuenta lo antes descrito, la humanidad sin Cristo se encaminaba a la total desintegración social o peor aún al desastre. Suena apocalíptico verdad! pero que se puede esperar de un hombre o una mujer alejados de Dios.
Es entonces que como super héroe de historietas -irreales y fantasiosos- que leemos afanosamente cuando niños surge Jesucristo, un personaje que no siendo producido de la mente humana o la ficción, nace como normalmente lo hace un ser humano, de una mujer virgen sin previa relación con su pareja antes de la concepción (pues engendra por obra y gracia del Espíritu Santo). Que maravilloso!
Jesús es un Héroe real que a través de su vida en santidad, muerte y posterior resurrección (al 3er. día) logra lo que jamás nadie hará! Brindarnos libertad del pecado, sanidad, salvación gratuita y una plena y abundante vida eterna.
Es increíble saber que alguien llegara al punto de dar su propia vida por nosotros aún sin merecerlo y mayormente admirable siendo alguien tan inocente que nadie pudo imputarle falla alguna y tan íntegro que nunca podríamos imaginar siquiera maldad en Él.
"Es tiempo de abrir tu corazón a Jesús, el único y auténtico Héroe de la humanidad".
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