martes, 16 de septiembre de 2008

Lentamente, llegan ayudas a los afectados por el huracán Ike


En la isla tejana de Galveston, los equipos de rescate siguen buscando a personas desaparecidas que se negaron a evacuar la localidad ante la llegada del huracán Ike. Las autoridades, que el lunes comenzaron a repartir víveres, agua y hielo entre los 60.000 residentes que decidieron quedarse en Galveston, temen que se produzca una crisis sanitaria en la ciudad. Los residentes describen la isla, que ha quedado bajo una capa de lodo y aguas residuales, como una zona de guerra. Brian Smith, un residente cuya vivienda no sucumbió al huracán se considera afortunado. “Mi casa sigue en pie, la parte de abajo esta destruida pero el interior está bien, la podremos reconstruir”, dijo a la cadena ABC. “Hemos tenido suerte”, concluyó. La comida y el agua comenzaron también a llegar el lunes a Houston, la cuarta ciudad mas poblada del país. Allí se produjeron tensiones entre la Agencia Federal de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) y funcionarios locales, que se echan mutuamente la culpa por la lentitud en la llegada de las ayudas. El alcalde de Houston, Bill White, prometió obligar a FEMA a cumplir con sus obligaciones. Al igual que varios cientos de miles de residentes, las refinerías de petróleo siguen sin electricidad, elemento vital para procesar alrededor de la cuarta parte del combustible del país. El presidente de Estados Unidos, George Bush, que el domingo declaro Tejas como zona de desastre federal, recorrerá hoy varias de las zonas más afectadas por el huracán.

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