El panameño Irving Saladino, campeón de salto de longitud, dio hoy el primer oro de su historia a Panamá, país que había ganado sus únicas medallas olímpicas, dos bronces, hace 60 años. Saladino, actual campeón del mundo, se impuso con un registro discreto de 8,34 metros, pero suficiente para que el himno de Panamá suene por primera vez en unos Juegos Olímpicos. El espigado atleta, oriundo de la caribeña ciudad de Colón y de 25 años. Hasta Pekín 2008 las únicas medallas conseguidas por Panamá se remontan a los Juegos de Londres 1948, cuando el velocista Lloyd LaBeach obtuvo el tercer lugar en las pruebas de los 100 y 200 metros. Saladino, dueño y señor de la prueba en los últimos tiempos, cumplió con los pronósticos y ganó con una superioridad casi insultante y no necesitó ni una marca de relumbrón para hacerlo. De hecho los 8,34 que le otorgaron el triunfo son el peor registro de un campeón desde que el estadounidense Randy Williams venció en Múnich'72 con 8,24, pero le valió para recuperar el oro para Latinoamérica que había logrado en Sydney'00 el cubano Iván Pedroso y que volvió a Estados Unidos en Atenas'04 gracias a Dwight Phillips. Escoltaron en el podio a Saladino el campeón mundial bajo techo en Valencia, el sudafricano Khotso Mokoena, con 8,24, mientras que el bronce fue para el cubano Ibrahim Camejo, con 8,20. Por su parte, Luis Felipe Meliz no pudo emular a otro atleta nacido en Cuba, Joan Lino Martínez, que en Atenas 2004, y en la misma prueba, dio a España una de las dos medallas en atletismo, la de bronce, y hubo de conformarse con un el diploma de su séptimo puesto con un mejor salto de 8.07 en la última ronda El concurso se le puso cuesta arriba al abrir con un nulo que le metió más presión para los saltos siguientes. En su segundo, sin embargo, el campeón de España, que había saltado este año 8,15, se alargó hasta los 8,02 metros, que le daban momentáneamente el cuarto puesto y le aseguraban, prácticamente, la mejora. Dos nulos y un salto de 7,98 en el quinto turno dejaron a Meliz séptimo a falta de la ronda decisiva. Para aspirar al bronce había de saltar al menos 8,19, pero se quedó en 8.07. Meliz ya había competido, con el equipo cubano, en la final olímpica de Sydney 2000, en la que obtuvo el séptimo puesto.
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