Luego de otra ronda de victorias convincentes para
Donald Trump, los líderes republicanos pasaron el miércoles oscilando
entre la aceptación a regañadientes y la profunda negación sobre el
probable ascenso del empresario a la nominación presidencial del Partido
Republicano.
Un envalentonado Trump advirtió que, si el partido intenta bloquearlo, "habría disturbios".
Con al menos tres estados más a su favor, el magnate es ahora el único
candidato con una senda para alcanzar la nominación republicana antes de
la convención del partido en julio. Pero aún debe mejorar en las
competencias venideras para obtener los 1.237 delegados necesarios, lo
que deja a sus oponentes con una pequeña esperanza de que aún pueden
detenerlo.
"Sigo pensando que es una posibilidad muy
realista que nadie va a tener una mayoría de delegados", dijo Henry
Barbour, un miembro importante del Comité Nacional Republicano que
trabajó en la estrategia de delegados para Marco Rubio hasta que el
senador de Florida abandonó la competencia el martes.
Barbour afirmó que Trump "no merece ser presidente", pero también dijo
que en última instancia él podría apoyar al multimillonario si "puede
convencerme de que cuenta con material para ser presidenciable".
Trump advirtió que sus simpatizantes se rebelarían si se queda corto
por muy poco en el conteo de delegados y pierde en una disputa en torno a
las normas del partido.
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