miércoles, 5 de noviembre de 2008

Obama consigue hacer realidad el sueño americano



NUEVA YORK, 5 Nov. (EUROPA PRESS)

Barack Obama se ha convertido en el primer afroamericano en llegar a la Presidencia de Estados Unidos, haciendo realidad el sueño americano. El camino no ha sido fácil para este hijo de padre keniano, al que apenas conoció, y madre nacida en Kansas, que se crió a caballo entre Hawai e Indonesia y estudió Derecho en Harvard.

Obama nació el 4 de agosto de 1961, donde la familia de su madre, Anne Dunham, se había trasladado desde su Kansas natal. En la Universidad de Hawai, Anne conoció a Barak Obama, un estudiante keniano que había conseguido una beca para estudiar en Estados Unidos, pero que regresaría a su país natal poco después del nacimiento de su hijo.

Así las cosas, Obama tuvo que ser criado por su madre y sobre todo por sus abuelos, hasta que cuando cumplió seis años su madre se volvió a casar con un indonesio que trabajaba en el sector petrolero y la familia se trasladó a Yakarta. Obama regresó a Hawai para realizar sus estudios de secundaria, trasladándose posteriormente a Los Angeles y a continuación a Nueva York para licenciarse en Arte en la Universidad de Columbia.

Tras un breve periodo trabajando en una consultora financiera internacional, Obama se trasladó a Chicago en 1985 y allí su vida cambiaría hasta llegar a donde se encuentra actualmente. En esta ciudad, el ahora candidato demócrata llevó a cabo actividades comunitarias para una coalición de iglesias locales del sur de la ciudad, antes de decidirse a ir a Harvard para licenciarse en Derecho en 1991.

HACIENDO HISTORIA

Fue en esta universidad donde Obama comenzó a hacer historia, convirtiéndose en el primer afroamericano en presidir la 'Harvard Law Review'. A su regreso a Chicago, trabajó durante un tiempo como abogado experto en derechos civiles y dio clases de Derecho Constitucional en la universidad local, pero finalmente se dio cuenta de que para lograr los cambios que quería hacía falta a trabajar a más alto nivel.

Así, en 1996, tras haberse casado con Michelle Obama, una abogada como él licenciada en Harvard, consiguió un escaño por Chicago para el Senado de Illinois, en el que permaneció durante ocho años, después de que en el 2000 no consiguiera un escaño en la Cámara de Representantes estadounidense al que optaba.

Sería en 2004 cuando por fin daría el salto a la política nacional y cuando Obama, para la gran mayoría un desconocido, pasó a convertirse en una figura política de primer orden de la mano del candidato demócrata a la Casa Blanca ese año, John Kerry, quien impresionado por su capacidad de oratoria, le encomendó la tarea de dar el discurso central de la Convención Demócrata. Y Obama no le defraudó.

"En ningún otro país sobre la tierra mi historia sería posible", afirmó entonces, sin saber que a su historia personal quedaban aún algunos capítulos por añadir. "No hay una América negra y una América blanca, y una América latina y una América asiática, sólo existen los Estados Unidos de América", afirmó, haciendo un llamamiento a la unidad del país y a poner fin a las divisiones partidistas.

Este éxito se vio recompensado con una contundente victoria con el 70% de los votos en las elecciones al Senado de ese otoño, en las que consiguió un escaño por Illinois, si bien no fue suficiente para que su partido ganara la Presidencia. Desde entonces, su carrera ha sido fulgurante y son muchos los que le comparan con el malogrado John F. Kennedy y que ven en él a un digno sucesor de Martin Luther King.

ÍDOLO DE MASAS

Barack Obama se ha convertido en un icono para muchos jóvenes y sobre todo para la comunidad afroamericana de Estados Unidos y su promesa de cambio ha movilizado a multitudes, tanto que desde el Partido Republicano le reprochan ser más una estrella de rock, por los innumerables fans que le siguen a todas partes, que un verdadero político.

Sus antiguas amistades también han sido objeto de controversia durante la campaña electoral, además de su juventud y falta de experiencia política. Primero fue el reverendo de la iglesia a la que solía asistir con su familia, luego un presunto terrorista y más tarde un supuesto portavoz de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), considerada terrorista en Estados Unidos.

El hecho de que su segundo nombre sea Hussein tampoco le ha ayudado y el que se publicara una fotografía suya con un turbante a la cabeza durante una visita a Somalia contribuyó a que se le acusara de ser musulmán, algo que el senador por Illinois ha negado por activa y por pasiva.

Desde el Partido Republicano también se ha apuntado a que sus ideas son socialistas. Obama se ha tomado estas críticas con humor y de hecho la semana pasada adelantó que seguramente también le acusarán "de ser un comunista en secreto porque compartí mis juguetes en la guardería y mi sandwich de mantequilla de cacahuete".

Barack Obama es autor de dos libros, 'Sueños de mi padre' (1995), en el que narra su búsqueda de identidad ante la falta de una figura paterna --a su padre sólo le volvió a ver cuando tenía diez años-- y sus esfuerzos por conectar sus raíces africanas en Kenia con sus raíces blancas en la América profunda, y 'La audacia de la esperanza' (2006), en la que plantea su filosofía política. Los derechos de autor de ambas publicaciones han hecho de Obama una persona millonaria.

Cuando el año pasado decidió presentarse a las primarias demócratas, los sondeos le situaron pronto en segundo lugar, aunque nada parecía indicar que lograría arrebatar el puesto a la senadora por Nueva York, Hillary Clinton. Sin embargo, su lema de "un cambio en el que podemos creer" y "el cambio que necesitamos", pero sobre todo su ya famoso "Yes, we can" (sí podemos) hicieron cambiar de idea a los votantes.

Padre de dos hijas de 10 y 7 años, Malia y Sasha, Obama se declara cristiano y amante del baloncesto y la música, siendo sus artistas preferidos Miles Davis, Bob Dylan o Stevie Wonder, pero también Johan Sebastian Bach. Entre sus películas favoritas citadas en su perfil de 'Facebook' figuran 'Casablanca' y 'El Padrino', mientras que entre sus libros favoritos aparecen, entre otros, la Biblia, 'Moby Dick' o las tragedias de Shakespeare.

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